10.28.2005

LOS DIAS QUE VENDRÁN

Esta mañana iba a optar por el escepticismo, porque en los momentos más dulces me da por ahí. Pero no me apetece, tengo más ganas de soñar y de dejar que el gusanito de la tripa haga lo que quiera ahí dentro. Porque me gusta la sensación, a pesar de todo.

Tengo un amigo que siempre me dice que si pierdo algo es porque habré tenido antes la sensación de haberlo tenido.

Y a veces, a los amigos, a los buenos, hay que hacerles caso.

10.27.2005

LOS EFECTOS SECUNDARIOS

Hay personas que deberían venir con prospecto, para estar avisada.
Se me ocurren por ejemplo para las que provocan efecto analgésico y relajante.
Pero muy especialmente las que crean adicción.

10.21.2005

ESE HUECO

He estado soñando contigo, ¿sabes? Y te empujaba de la cama, para tener más sitio. Así, con las dos manos juntas, sobre el centro de tu pecho. Y tú sólo te reías, pero no te caías nunca de la cama. Y te agarrabas a mi hombro para no caerte. Y como tus brazos son más largos que los míos, todavía te daba tiempo a acariciarme el cuello mientras yo te empujaba con todas mis fuerzas. No se cómo acabó mi sueño, aunque casi mejor.
Era mucho peor cuando te echaba de menos.

A burma, por la inspiración.

10.18.2005

LO IMPREVISIBLE MOLA MÁS

Por diversos motivos, que incluyen unos días de vacaciones, mucho trabajo y algún puente, voy a estar un poco missing unas semanas.
Es por ello que aviso de que se han acabado las frecuencias habituales en este blog, al menos por ahora.
Pasadlo bien en mi ausencia.

10.17.2005

SUJÉTAME ESTO UN MOMENTO

Espera. No te marches todavía.
Rompe con una sonrisa la barrera de colores que tengo envuelta en la cintura.
Desátalo. Sonríeme para que no piense más.
Haz que me detenga a mirarte a los ojos para que el tiempo no pase tan rápido. Para que después pueda saborearlo cuando tú ya no estés. Para que no me resbalen los recuerdos entre los dedos.
Sonríeme un momento para recordarme que no tengo nada que temer.
Sujétame de los hombros para que no se me olvide.

Que el beso que me des cuando te marches no se borre con el instante siguiente, en el que ya te has ido.

10.14.2005

LA FOTO

Soy como una fotografía de alguien con la frente apoyada sobre el marco de una ventana, tras la que está el viento, la lluvia, y las olas del mar golpeando las rocas y un paseo marítimo de puerto pesquero. Y me creo segura y calentita en mi casa con sillones rojos, suelo de madera y mesas camilla con braseros debajo. Mirando a través de la enorme ventana con marco de madera. Con la luz amarilla de mis pequeñas lámparas y apliques detrás y la luz gris y luminosa del cielo nublado delante. Y parece que estoy en calma, pero es mentira. La tormenta de mi cabeza es superior a la que se desata ahí fuera.

La pena es que los montones de pañuelos de papel, mi nariz roja de patata y mis toses constantes le quitan un poco de romanticismo a la escena.

10.13.2005

A TIENTAS

Es tan difícil adivinar lo que quiere alguien de ti si no te lo dice... Y tan difícil que alguien adivine lo que quieres tú si no lo comunicas...
Y aún así, seguimos probando y equivocándonos, con los ojos vendados por nuestros propios problemas y miedos, dando vueltas sobre nosotros mismos en una versión muy teatral de la gallinita ciega.
Aunque si eres capaz de verlo con distancia, puedes conseguir divertirte mucho en el intento.
Te tienen que gustar los juegos de detectives, y está prohibido apostar. O debería estarlo, porque cuando te juegas algo deja de ser divertido.

10.11.2005

CUANDO NO SABES LO QUE HARÍAS TÚ

Siempre he sido de la opinión de que un tema como el de los Derechos Humanos no admite medias tintas. No se trata de que se respeten en unos casos y en otros no, cosa que he escuchado muchas veces en este país. Los mismos derechos para ti, para mi, para los terroristas y para los asesinos de niños: El marco legal, que para eso existe. Y un marco legal que respete los derechos fundamentales de las personas, que si no es así, tampoco vale.

Pues bien. Ayer estaba comiendo mientras veía el telediario de Telecinco. Noticias y más noticias. De pronto, así como a lo tonto, cuentan que Nueva Orleans va volviendo a la normalidad, lo cual incluye las famosas noches de Nueva Orleans. Y cuentan la historia de un hombre de 64 años llamado Robert Davis, que estaba un poco bebido. Mientras, se ven imágenes de cómo tres policías lo está esposando, mientras lo empujan contra la pared. Se colocan los cuartos traseros de un caballo de la Policía entre la cámara y el detenido y los policías. La cámara se eleva un poco y a partir de aqui todo son patadas, puñetazos, y brutalidades. Y en flash se me viene la imagen del hombre, mayor, con pinta de vividor y cara de viejecillo entrañable y borrachín mientras ni yo, ni él cuando lo estaban grabando, sabíamos lo que le iba a pasar. Y observo la absoluta indefensión de este hombre frente a los cinco jóvenes rubios, musculosos y con la estrella del sheriff que lo patean.

Y cuando se me pasa el susto, la rabia y la impresión me planteo muchas cosas. Y se tambalean algunas creencias arraigadas en mi. Y aunque en frío se que hay cosas que no son soluciones, me pregunto que pasaría en caliente, si yo, o alguien más valiente que yo, estuviera presenciando esa escena con una pistola en la mano. Y se me vienen a la mente muchas escenas que sé que suceden aunque nunca las haya visto. Y aunque seguiré defendiendo la creencia de que todos tenemos los mismos derechos... a veces mi sangre me hace dudar.

10.10.2005

RECETA CONTRA EL ABURRIMIENTO

En el mismo instante en el que te preocupa lo hermoso, es en el que tienes que empezar a preocuparte por tu capacidad de raciocinio.

El caso es preocuparse por algo, vamos.

10.06.2005

GLU GLU

Entro en el vestuario. Madre mía cuanto culo al aire. Pronto asoma el mío también. Me cambio en siete coma dos segundos y bajo las escaleras.
Al pasar las puertas de cristal me invade ese olor a agua y plástico que me recuerda siempre a cuando era niña. No hay demasiada gente, lo cual es un privilegio. Supongo que la gente hizo propósito de enmienda en septiembre y en octubre ya se les han olvidado a todos los buenos propósitos.
Meto un pie. Coño, que frío, ¡y ahí fuera pone climatizada! Bah, me digo, esto es una mierda cuando te has bañado toda tu vida en el Atlántico.
Meto todo el cuerpo menos la cabeza. Me coloco las gafas. Me da la risa un poco. Pero estoy sola y no me puedo reír agusto de mi misma, así que me río por dentro. Ya estoy lista. Espero que el gorro no se me salga.

Y entonces meto la cabeza y empiezo a nadar. Y el sonido adquiere otra dimensión. Y mi cuerpo otro espacio y otro tiempo. Y levanto un brazo y muevo una pierna. Y se me olvida que día es hoy, donde estoy, que hora es, lo de mañana, todo. Desaparece todo lo que me rodea constantemente, a todas horas. Y sólo estoy yo, y no hay preocupaciones, ni prisas, ni obligaciones, ni dilemas. Todo encaja, porque nada existe salvo yo y el agua.

Pero todo tiene un final. Y yo muy poca resistencia después de un par de meses sin nadar, y de unos cuantos cigarrillos de más.
Subo las escaleras, y escucho las voces con reverberación. Y tengo frío, y subo y me seco y me cambio y enciendo el móvil y salgo a la calle y ya está la vida, que estaba esperando otra vez a que pase a recogerla al salir de agua.

Y duermo toda la noche como un bebé.

10.05.2005

PRIMICIA

Hemos abierto algo nuevo. Es bonito porque la idea del bar, desde el principio, es algo de dos. Es divertido porque es diferente.
Pasad a verlo.

El nuevo bar de la esquina

Es un bar para que quien quiera lo utilice para lo que quiera. Esa es la razón fundamental por la que me gusta.
Mi colaboración ha sido más bien como apoyo moral, porque del resto de las cosas se ha encargado mi amigo Biyu.

10.04.2005

SIN TÍTULO

"No hay nada más bello que lo que nunca he tenido,
nada más amado que lo que perdí".
Lucía, Joan Manuel Serrat

10.03.2005

PROMESAS

Estamos en un autobús, en Madrid. Dos amigos están sentados y observan a la gente mientras se susurran cosas.
Él le dice a ella: ¿Ves a esa señora con rictus amargado? Pues en realidad está recordando aquella vez que se acostó con el portero de su edificio, una mañana solitaria en la que su marido y sus hijos la habían dejado de nuevo sola, y con esa sensación de esclava que puede llegar a dejar el silencio de un hogar.
Ella le dice a él: ¿Ves a ese chico que está de risas con sus amigos? Pues en realidad llora por las noches porque le gusta la niña gafotas y rara de su clase, y no se lo puede contar a nadie
Él le dice a ella: ¿Ves a ese señor del bigote con la cartera? Pues por las noches baja de su casa a darles de comer a los gatos abandonados del solar de al lado
Ella le dice a él: ¿Ves a este tan guapo de corbata? Pues le gustan las lentejas de su madre, y pasear con su abuelo por el campo.
Él le dice a ella: ¿Te has dado cuenta de lo cabreado que está el contuctor del autobús?
Ella le dice a él: Si, es un poco borde.
Él le dice a ella: No, te equivocas, ese señor llega a su casa y nadie sabe cuándo está enfermo, y le cuenta a sus plantas si ha tenido un mal día, y sueña con fiestas a las que no irá, y mira a las mujeres como a extraterrestres porque no habla con ellas más que para preguntar en precio de las cosas, y enciende la tele porque le recuerda que la felicidad a lo mejor existe fuera de su casa.
Ella le dice a él: Buf... ¿tu crees que nos pasará eso alguna vez a nosotros?
El le dice a ella: ¿a ti y a mi? ¿teniéndonos a mi y a ti? Nunca.

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