UNA Y OTRA MAS...
Ayer me tragué el orgullo, y me ganó la sensación de que si no actúo, las cosas me pasan por delante de los ojos sin que me de tiempo a disfrutarlas. Así que actué. Supongo que tiene mucho que ver con el título de este diario.
Todo fue inútil, mi intuición me había fallado, el orgullo que me había tragado me sentó muy mal y estuve todo el resto del día con dolor de tripa.
No se porqué me empeño en ver en las personas cosas que no existen. Soy capaz de analizar objetivamente cualquier cosa que me cuenten, e incluso doy consejos muy razonables, pero cuando se trata de mi vida, es como si me entrara el vértigo, como si mi cabeza se llenase de pájaros, cómo si la ingenuidad más absoluta se adueñara de mi. Soy como las polillas que se golpean contra las bombillas, una y otra vez, sin descanso.
No voy a decir que esta es la última vez. Y no lo diré porque no es bonito decir mentiras en tu blog. Se que llegará otro momento donde me volverán a entrar tentaciones de tragarme el orgullo y de ser valiente, y se que por muchas vueltas que le de antes de decidirme, acabaré haciéndolo. Sólo espero que pase un poco de tiempo, para que mi estómago se pueda recomponer antes de la próxima indigestión.
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