8.20.2004

PICTURES OF YOU

Ayer, una larga conversación me trajo recuerdos de otros días, que he sepultado con mucho trabajo en el fondo de mi caja. Es que yo tengo una caja muy particular, pero esa es otra historia.

El caso es que mientras estábamos charlando sobre intensos amores de verano, yo iba recordando aquella noche que tú y yo nos pasamos sin dormir, mientras nos mirábamos para que cuando nos separásemos no se nos borraran los ojos del otro, susurrando palabras que no recuerdo, condensando nuestra vida en unas horas para, al día siguiente, despedirnos tal vez para siempre.
Luego no fue para siempre, y por eso llegaron las miserias y las decepciones, y esa es la razón por la que lo metí todo, con lo bueno y lo malo, en la famosa cajita.
Pero en aquel momento todo era nuevecito y a estrenar, y me sorprendí pensando "no es posible que me esté pasando esto a mi", y lo que es más increíble "no es posible que le esté pasando también a él". Lo cerca que te puedes sentir de alguien cuando apenas lo conoces, y lo lejos que puedes estar de él cuando te lo has aprendido de memoria.
A pesar de todo lo que vendría más tarde, noches como esa son las que te construyen por dentro, aunque después lo tengas que llenar todo de palos y de ladrillos de arena, y poner una cortina delante de la puerta, para que no se vea como ha quedado después de la estampida.

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