CUANDO ME MIRAS

Resumir se me da bien. Esquematizar guiños, risas, debates éticos, música y mensajes de felicitación me resulta sencillo, porque asumo que es imposible resumir los matices que hacen diferentes unas cosas de las otras. La noche de fin de año estuvo llena de amigos nuevos y viejos, que formaron una conjunción misteriosa de entendimiento y confianza a primera vista.
Después llegó el primer día del año, que fue como lo son todos, inexistente, si no fuera en este caso por algún pequeño incidente del tipo alergia repentina y salvaje de la cual ya estoy recuperada.

Pero empieza el año nuevo, y te das cuenta de que este cambio de cifra no lleva implícito ningún otro tipo de cambio. Y ahí siguen tus dudas y tus sentimientos, como deberes pendientes de resolver, que por mucho que pospongas de forma cobarde te seguirán persiguiendo hasta que tengas el valor suficiente para ponerte frente a ellos y decirles cuatro cosas a la cara.

O que te las digan a ti.