6.26.2006

RECONOCIMIENTO

A veces hay alguien que te hace tan grande que no cabes por las puertas. Entonces dejas de ir a los sitios, porque no puedes entrar. Y dejas de mirar a la gente, porque eres tan grande que te falta tiempo para mirarte a tí misma. Y te da la sensación de que todo gira a tu alrededor, pero cada vez más rápido.

En ese mirarte y tocarte y buscarte, un día, sin querer o por probar, te pinchas, y te desinflas. Sin mucho ruido, que tampoco es cuestión, pero de pronto vuelves a tu tamaño real. Y miras a tu alrededor. Y te preguntas porqué has perdido tanto tiempo, y porqué te has dejado convencer por todos de cuál es tu orden de prioridades. Desde cuándo, a ver.

Y de pronto los cristales se ahuman, y ya no se ve dentro, pero lo de fuera se distingue mucho mejor.

Moraleja: Conducir si no ves lo de fuera está jodido. Y coser un dobladillo sin dedal también.

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