4.01.2008

CROMOS

"Hay una trampa en cada cosa que dices
y mariposas que no nos dejan ver
más allá"
Rostro de actriz, Deluxe.

Hoy me han regalado un trébol de cuatro hojas. De Santiago de Compostela, me dijo el señor que los vendía por la voluntad, y mordido por el gusano de la suerte. Me lo ha regalado la persona más herida que conozco.
Llevo años viéndola buscar, caerse, volver a levantarse, volver a caerse más abajo, buscando fuera de ella lo que sólo está en si misma, lo que sólo ella puede darse.
Le he dicho muchas cosas, porque yo siempre digo muchas cosas. Le he dicho una frase que he debido de oirle primero a alguien, pero que he incorporado a mi vida, como si fuera mía, como hago con las cosas que me gustan. Le he dicho que la vida no son las cosas que te pasan, sino las conclusiones a las que llegan de las cosas que te pasan. A todos nos pasan las mismas cosas, desamor, muerte, soledad. O amor, alegría y esperanza. Pero cada uno llegamos a conclusiones diferentes. A partir de las mismas cosas, vidas distintas, sueños distintos, caminos diferentes.
Hemos llegado a la conclusión entre todas de que no existen las historias perfectas e ideales que nos vendieron de pequeñas. La vida es caerse para volverse a levantar para tener la oportunidad de volver a caerse.
También le he dicho que en la vida hay cosas que no se enseñan, solo pueden aprenderse.
Dicho así, con calma, con sosiego, entre tintos de verano, invitaciones de boda, tréboles de cuatro hojas y mucha risa. Como si estuviéramos descubriendo la pólvora.
Yo a veces, me escucho hablar. Luego me miro para adentro, y veo todo lo que bulle. Me vuelvo a escuchar atentamente. Y no puedo menos que descojonarme.

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