HA SIDO LA LLUVIA
A veces no digo lo que quiero decir.
Me silencio, me coarto, me censuro.
En las razones de ese silencio esta la esencia de mi. La búsqueda constante del lugar seguro. La obsesión por precintar mi caja de los truenos, para que no se escape ninguno, para que no me llegue su sonido y me acuerde de que existen. Pero la caja se resquebraja a veces, se mueve, y tengo que recurrir a toda mi energía para calmarla, para repararla, para olvidarla.
No siempre da resultado. Las palabras no me asustan, porque contra ellas me puedo proteger. Pero de los silencios no. Ante la frialdad me quedo indefensa e impotente.
Que alguien me apunte en la lista, yo también soy una cobarde.
Pero que nadie me juzgue.
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