FELICIDAD
No lo voy a negar, la navidad está llena de topicazos y de hipocresías varias, y cuando tu vida no es como la de los anuncios de colonias, cuando no tienes una familia redondita y sin huecos, y encima no hay niños en tu cena, la navidad puede ser una época estupenda para el suicidio colectivo o para que te la comas con patatas.
Pero desde que estoy fuera de casa la vivo de otra manera. Y hay dos cosas que me encantan de la navidad: Los reencuentros y las felicitaciones.
Eso explicaría porqué el anuncio de turrón El Almendro me hace llorar (triste pero cierto). Esta navidad veré a mucha gente a la que no puedo ver el resto del año, que también vuelven a casa por navidad, como yo (aunque este año vuelva pero poco).
Y, en general, las felicitaciones de navidad son sinceras. Nos deseamos paz, amor y felicidad, pero lo decimos muy en serio. Nos deseamos que nuestros sueños se cumplan. Ese es mi favorito.
Es por ello, bloguilandieros de mis entretelas, que aprovecho esta oportunidad que yo misma me brindo, para desearos felicidad. Toda la felicidad que os quepa en los bolsillos. A los que me habéis hecho reir, los que me habéis hecho pensar, los que me habeis levantado los pelitos de los brazos y de la nuca, y os habeis hecho un huequecito en mi vida.
Feliz navidad
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