LOS DIAS QUE VENDRÁN
Esta mañana iba a optar por el escepticismo, porque en los momentos más dulces me da por ahí. Pero no me apetece, tengo más ganas de soñar y de dejar que el gusanito de la tripa haga lo que quiera ahí dentro. Porque me gusta la sensación, a pesar de todo.
Tengo un amigo que siempre me dice que si pierdo algo es porque habré tenido antes la sensación de haberlo tenido.
Y a veces, a los amigos, a los buenos, hay que hacerles caso.
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