HUMMMMMM....
En las clases de yoga me concentro mucho. Sobre todo últimamente, porque nos están dando una grandísima paliza, y a los dos días de la clase me duelen músculos que no sabía que existían.
Para hacer los ejercicios, se marca el ritmo con la respiración, que se hace muy sonora. Es por eso que a veces pierdo la concentración, porque de pronto sólo escucho respiraciones y jadeos. Y no puedo evitar pensar que por un momento, cuando abra los ojos me voy a encontrar en medio de una orgía. Pero no, estan todos subiendo y bajando los brazos, o la cintura o las piernas, igual que yo.
Es por eso que mis compañeros de yoga y yo tenemos una curiosa intimidad. La de compartir ese tipo de sonidos que sólo escuchan nuestros compañeros de cama.
Sí, pedos incluidos.
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