6.11.2007

LA LUZ Y LOS BESOS

"Lay yourself down by the side of the bed
Oh you naughty girl you know you tickle me red
You look so dumb and you sound so twee
And you can only wish that you was married to me"
Everybody knows you cried last night, The Fratellis.

Albergo el dolor como si fuera una piedra brillante. Pequeña. Tapada. Oculta.
De pronto, por algún motivo, la luz se hace más fuerte. Me tapo la cara con las manos. La luz me envuelve, me posee, el dolor me cubre por completo. Dura lo que tarde en recuperar el control. En calmar la luz, en hacerla más y más pequeña hasta que la puedo volver a tapar, a ocultar dentro de mi, para poder olvidar su presencia.

Una vez escuché en un documental que uno sabe que es mayor cuando con un beso de su madre no se le pasa la pena.
Miro a mi alrededor y descubro esas pequeñas piedras de luz, escondidas en cada renuncia, en cada pérdida, en cada ausencia y en cada concesión. Nuestra destreza en su manejo hace nuestra vida mejor o peor. Más llevadera o menos.
Las penas que nuestras madres no curan con besos.
Yo no quería ser mayor.

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