PALMADAS

"When you're creepin' up the backstairs
mother's nightmares
falling in the front door
my my
climbing in the window
get dressed, let's go take your brother's car keys
Bye bye"
Creepin up the backstairs, The Fratellis

Hacía mucho, muchísimo tiempo que no hacía ese ejercicio de retrospección (¿?) que es leerse una sus antiguos posts. Nunca lo hago, y no se porqué. Supongo que me da pena.
Porque el leerme con un poco de distancia me ha hecho percibir mi propia tristeza.
Qué triste estoy.
Y yo que pretendo ocultarme y disimular, y qué mal lo hago. A cada rato me doy cuenta de mi tristeza, al ponerla en contraste con los archivos de mi blog.
Y cuantas cosas vividas en casi tres años de andanzas retransmitidas, y un día mal y dos bien y tantos amigos... Tantos que mi blog no se entiende sin los comentarios, que haloscan, cual justiciero, me va borrando con el paso de los años y deja vacío el sentido y el espíritu de cada texto.
Qué increíble me parece mi constancia, con altos y bajos y con descansos y reaperturas.
Qué increíble me resulta que venga gente a leer que no dice nada. Yo siempre me he sentido en una sala de estar, y cuando veo las estadísticas me doy cuenta de toda esa gente que lee o ha leído en silencio.
Y qué año más duro ha sido este último, y aquí he seguido, al pie de mi cañón, escribiendo sin ganas, escribiendo sin contar, escribiendo sin querer.
Y aqui estoy, a punto de cumplir tres años de tecleos, nosecuantoscientos de posts escritos, uno por uno, día tras día, desde que esta casa era marrón hasta ahora, que es transparente.
Qué importante ha sido esto para mi, sin yo saberlo, sin yo poder imaginarlo.

Estoy muy agradecida.