DEL CAMINO POR ANDAR
He oído tu voz y he echado a andar como un perrillo perdido. Me he asomado y allí estabas tú, mirándome y meneando la cabeza. Sospechaba que me iba a caer una regañina. Pero me acariciaste, pusiste música y bailaste conmigo alrededor de tu jardín y entre tus puntos suspensivos.
Has decidido verme caminar y acompañar mi paso desde el otro lado.
Yo decido dejarme arañar por tus silencios y por tus sonrisas.
Tengo debilidad por la gente que sabe hacerme reir y hacerme llorar, que le vamos a hacer...
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