LA INSOPORTABLE LEVEDAD
La idea rompió el huevo cuando estuvo madura y salió de su refugio. El resto la miraron y se dijeron unas a otras: ¡Eh, esta es buena! Pasó por delante de todas con un caminar majestuoso y se encaminó hacia los conductos de salida. Caminó y caminó muy segura de si misma, de su poder transformador, de su sensatez y de su brillantez. Saludó con condescendencia a todo el que se cruzó con ella, consciente de estar dirigiéndose a la luz, a la elevación, a la trascendentalidad.
-Joder que frío hace hoy, ¿verdad?-.
-Si, no era capaz de salir de la cama esta mañana-.
-Me voy a comprar un gorro, ¿sabes? Es que esta mañana cuando venía tuve así como un amago de idea buenísima, pero tenía tanto frío que la desheché y me puse a pensar en sopa-.
-¿Por qué sopa?-.
-Porque me da calorcito pensar en sopa-.
-Ah-.
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