11.24.2005

SR. DIRECTOR

El otro día, ojeando su periódico (El Mundo) en un bar, me encontré en las páginas editoriales, concretamente en el Suben/Bajan una reseña donde criticaban a Gaspar Llamazares por el hecho de no asistir a la cena real de conmemoración de los 30 años de la monarquía. Decían algo así como que había declinado la invitación y que ya eran ganas de dar la nota.

Muy Sr. mío, eso se llama coherencia, no ganas de llamar la atención. Que una persona que cree en la república no quiera acudir a un acto de celebración del nacimiento en España de un sistema político con el que no está de acuerdo no me parece algo criticable, por muy bonitas que queden las fotos y por muy majete que sea el Rey D. Juan Carlos.

Es de sobra conocido por todos que la coherencia no es un valor en alza en estos momentos, pero me parece que en cualquier caso debería ser valorada por todos, y no menospreciar a quien la practica. Es más, ya que estamos en un período de aguda crispación política, algunos colegas del Sr. Llamazares deberían tomar nota, aunque sólo sea para intentar defender las ideas de las personas que han depositado su confianza en ellos como representantes.

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