6.16.2008

RUIDO

"And I'm leaving the light on the stairs
No, I'm not scared -- I wait for you
Hey Jesse, it's lonely, come home"
Jesse. Roberta Flack

Esta tarde, con la somnolencia que da la rutina a mis pasos, me he subido al autobús. Las tres y cuarenta del mediodía. El autobús estaba muy lleno, cosa poco habitual a esa hora. Finalmente, consigo sentarme en una esquinita del fondo y me sumerjo en la lectura. Pero con el paso de los minutos una extraña sensación me impide concentrarme. Levanto la vista y miro a mi alrededor. Todo está en silencio. Solamente el ruido del tráfico y del motor del autobús nos acompaña y nos arrulla. La gente dormita en sus asientos, unos escuchando música, otros con los ojos cerrados, y otros con la mirada perdida en el vacío.
Se me vienen a la mente esas imágenes de apocalipsis de las películas de ciencia ficción. Yo también tengo sueño. Apoyo la cabeza en mi respaldo. Qué momento mágico. Imagíante que nos están abduciendo o narcotizando.

El tirurírurí de un móvil me saca de mi ensoñación. Un chico queda con un colega y acto seguido llama a su novia para decirle una mentira de la que todo el autobús con los tímpanos sanos es testigo.
"Ahhhhh, era eso", pienso. No estoy acostumbrada a viajar en transporte público sin que el de al lado le grite a su móvil junto a mi oreja.

Lástima de modernidad.

ecoestadistica.com