9.01.2005

LA PUREZA


A veces te cruzas con gente a la que, si no fuera por esa ley de probabilidades que se escapa a tu entendimiento, no conocerías nunca. Entonces, descubres una forma de entender el mundo, la vida y el amor que, aunque en algunos aspectos no seas capaz de compartir, llegas a admirar profundamente.

Hay rayos de sol que cuando se proyectan sobre tí, además de darte calor, te enseñan a ver el mundo con otra luz. Y sólo para que esos rayos de sol existan, ya merece la pena todo este invento.

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