MENSAJES NO ENVIADOS
Vaya, cuantas preguntas dejas si contestar en tu último correo. Te entiendo, yo tampoco te cuento demasiadas cosas de mi vida, al menos de las que son importantes para mi. Y tú pretendías que fuesemos amigos. No me gustan los amigos que me clavan puñales por la espalda y luego pretenden seguir metiéndose en mi cama.
Pero es que además sólo me cuentas lo bien que te va. Y quiero que te desengañes, yo no quiero que te vaya bien. Es triste, pero es lo que hay.
Secretamente, me gustaría que nuestra historia fuese como la de El mismo amor, la misma lluvia, y tú te acabes convirtiendo en un perfecto capullo, egoista y sin principios, infeliz e insatisfecho. Que toques fondo y luego te vuelvas a encontrar conmigo, y yo te salve de tus demonios.
Pero esa es una fantasía, ni tú eres tan listo como para tocar fondo, ni yo podré nunca salvar a nadie. Bastante tengo con lo mío.
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