SOLEDAD
Este sentimiento se entrelaza entre mis dedos, me susurra al oido, me desgrana lentamente.
Da igual que esté rodeada de gente que me quiere, da igual que me cojas de la mano. Cuando dejes de hablarme ella volverá porque es parte de mi.
No es pasajera.
Es parte de mi contradicción constante, de mi oscilación.
Tampoco es mala, consigue que me entregue para intentar alejarla, y me envuelve con sus tentáculos cuando necesito sentirme protegida en mi cascarón.
Sólo duele cuando se sale del guión, cuando aparece en el momento más inoportuno, para estropearme la función, o para decirme la verdad.
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