ESCRIBE UNA CARTA
Amnistía Internacional es una organización sin ánimo de lucro que lleva más de treinta años defendiendo los derechos humanos en todos los países del mundo.
Tal y como se imagina, es un campo infinito, y por lo que se ve, un trabajo infinito. Utiliza campañas de concienciación (entre otras muchas cosas) como la más famosa, hecha en favor de Amina Lawal, en la que participaron millones de personas de todo el mundo, haciendo presión al gobierno de Nigeria para que no se lapidase a una mujer que había sido condenada por haber tenido un hijo tras su divorcio. Consiguieron su absolución en 2003. Lo mismo sucedió con Safiya Hussaini, condenada también por adulterio.
Hay varias formas de colaborar con Amnistía Internacional. Pero quiero hablar de una. Se trata de la Red de Acciones Urgentes. No es necesario hacerse socio, y se basa en un método parecido al que se utilizó para los casos de las dos mujeres de Nigeria. Se trata de que los violadores de los derechos fundamentales de cualquier persona en el mundo, sepan que esas personas no están solas. Que hay mucha gente en todo el mundo pendiente de lo que les pueda suceder. Imaginémonos a un campesino en Uganda, condenado por cualquier delito, verdadero o falso, en cualquier pueblo remoto, secuestrado de su casa, y llevado a una cárcel perdida, en la que su vida peligra. Sus familiares no pueden visitarlo, no tiene abogado, y es torturado sistemáticamente. Imaginémonos la impunidad con la que sus carceleros sienten que pueden actuar. Y de repente llegan a esa cárcel 5.000 cartas en diez idiomas, desde cincuenta países. Cartas de amas de casa, de estudiantes, de contables, de informáticos, de bailarinas, de dependientes, de médicos, de gente. Llegan cartas al gobierno de Uganda. Personas que preguntan por su situación, que se interesan por los motivos de su encarcelamiento, que preguntan por él con su nombre y con sus apellidos.
No se entra a valorar si es culpable o inocente, simplemente se exige un trato justo para él. Que tenga acceso a una defensa, que tenga acceso a las visitas de sus familiares. Que se cumplan sus derechos como ser humano.
Se ha demostrado que ha funcionado, en los casos de Nigeria y en otros muchos casos, hombres, mujeres y niños anónimos en situaciones de extremo peligro.
Y sólo se trata de escribir una carta.
Se que puede sonar a panfleto. Y puede que lo sea. Pero me parece una forma inteligente de lograr alguna cosa, granito a granito, cartita a cartita. Ahí he dejado el enlace, por si a alguien le interesa.
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