2.16.2005

REGRESION

Llego a casa por la noche, cansada, débil y hambrienta, con ganas de meterme en la cama para volver a levantarme, para volver a trabajar, para volver a llegar a casa cansada.

Abro el armario de la cocina y veo el chocolate que me compré en un arrebato. A falta de otro tipo de caprichos, ya se sabe. Me hago un bocata de pan con chocolate y me siento en el sofá.

Al primer mordisco, el cuerpo se me encoge, el pelo se me trenza, la cara se me hace redonda y pequeña, mis pantalones y mi jersey se convierten en un vestido espantoso de color verde con lacitos, y de pronto, ante mi, hacen su aparición Gaby, Fofó, Miliki y Milikito y me preguntan ¿¿Cómo están ustedeeeeees?? Y ellos cantan canciones y yo me río a carcajadas. Y la felicidad vuelve a ser algo tangible.

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