2.10.2005

TIQUI-TIQUI-TIQUI

Me sobrevuelo, pero no me atrevo a tocar el centro. Y las vueltas las doy sin espiral, en círculos concéntricos alrededor de la duda sobre a qué sabrá tu boca. Buscando en tu puerta el aviso de "danger". Que de eso tenemos todos. Pero no lo encuentro, y me siento en el portal, a la espectativa de no se sabe qué, y tampoco se sabe cuándo. Jugando con otras cosas, mirando hacia otro lado, distrayéndome con otras manos que ni dan ni piden nada. Sabiendo de antemano que yo tampoco pido nada, nunca pido nada, nunca te pediré nada. Nada. N-A-D-A.

Y se que en ese punto está el problema. Va llegando el momento de pedir, de exigir. Va llegando la hora en que las cosas se hagan a mi manera.

Sólo me falta pensar en qué cosas quiero que se hagan y cuál es mi manera.
Que no me doy a valer, coño, que ya me lo dice mi madre.

ecoestadistica.com