3.29.2005

POR CONTRASTE

He visto una película hace poco que se titula Las tortugas también vuelan. Me ha impresionado muchísimo. Yo creo que en realidad no es sólo porque es una película maravillosa, sutil, dulce y al mismo tiempo terrible. Yo creo que es por la realidad que cuenta. Porque veces nosotros perdemos la perspectiva, y pensamos en lo caro que está el petróleo, mecachis, que caro que está, mardita guerra de Irak que hace que suba el petróleo... Y mira que me va todo mal, ¿eh? Joder, que vida más perra la mía... que no me llega para el adsl, que no puedo apuntarme a esas clases que me apetecen tanto, que no tengo tiempo para hacer todas las cosas que quiero hacer, que me siento fatal porque fulanito me contestó mal, que mi jefe es un pesao, que esta Semana Santa he engordado mucho... Que puta mierda de vida la mía.

Ah! Y entonces, durante un par de horas, un director de cine kurdo te lleva de la mano a una aldea de Irak, te presenta a unos niños que existen en la realidad, y te cuenta lo que les pasa a ellos. Sin adornos y sin trampas. Y eres capaz de resistir las lágrimas porque sabes que si empiezas a llorar no será por ese nudo de emoción en la garganta que a veces provoca el cine, serán lágrimas por toda la humanidad, que a veces resulta tan asfixiante que necesitas esconderte en algunos pequeños placeres y olvidarte del resto del mundo para poder seguir respirando. Y entonces es cuando pierdes la perspectiva. Por eso para mi es tan necesario mirar a veces por la ventana, para recuperarla, aunque sea sólo durante unos días.

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