CUANDO ODIO A MIS AMIGOS
Cuando estoy muy cansada, me da por reclamar cosas. Me siento en la potestad de exigir que me den cosas que necesito, sin decirlo, claro está. Es decir, que encima de ponerme exigente, los demás deben adivinar qué es lo que necesito. El hecho de que no lo hagan me cabrea, y entonces, como una adolescente (de las de "mis padres/amigas/sociedad/profesores/etc no me entienden") recurro a la autocompasión y me sorbo los mocos pensando que todos están contra mi, que cómo es posible que no hagan lo que yo necesito que hagan y sobre todo en el momento en que necesito que lo hagan. Cómo pueden ser todos tan cabrones. Cómo es posible que no se den cuenta de que tienen que llamarme/escribirme/venir a buscarme. Y como yo no doy el primer paso para solucionar mi cabreo unidireccional, porque como ya he dicho estoy en versión adolescente y en esta fase el orgullo es fundamental, hasta lloro de rabia y todo.
Y luego me despierto al día siguiente y decido perdonarles. Y ellos y ellas, los pobres, no se han enterado de nada.
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