7.17.2005

STOP

Odio las señales equivocadas. Odio todas las señales, pero sobre todo las engañosas. Las que parece que indican hacia la izquierda, y le haces caso, pero medio metro más adelante te encuentras con la dirección prohibida. La izquierda no era. Era la otra. Que cansancio. Pues ponlo claro, cojones. Derecha. De-re-cha.

Y así una no se lía por caminos que no conducen a nada.

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