9.06.2005

INT. NOCHE

Entre tu cuerpo y el mío, a lo largo de estos años, hemos ido colocando cuidadosamente escombros, trozos de madera, paredes de granito, escaleras que conducen a otros cielos, mentiras, silencios y viejos calendarios. Trocitos de vidas de otros, que no eran las nuestras.
Y es inevitable que cuando hablamos, nuestros recuerdos vuelen sobre esos obstáculos para evocar aquellos ascensores que encerraban nuestros suspiros y adelantaban nuestra urgencia de estar más cerca que nunca.
Desnudarse ahora ya no resulta tan sencillo.

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